Tras las huellas del Gallum: Colectivo Street Art

Colectivo Street Art: Albert, Dani y Alex

Era finales de noviembre y, de la noche a la mañana, en la ciudad aparecieron unas misteriosas huellas de patas de gallo. Negras, algunas azules, se perfilaban nítidas sobre calles, plazas, parques y avenidas. Aún hoy se pueden ver muchas de ellas, a pesar de la lluvia, la nieve, el paso del tiempo y de la gente.

Daniel y Albert preparando las plantillas

La sorpresa y la intriga generada acerca del origen y objetivo de esas huellas fue creciendo día a día. Los responsables detrás de esta acción de arte urbano fueron el Colectivo Street Art (hoy Les Enfants): Alex Martín, Daniel García y Albert Buisán. Al iniciarse el proyecto Gallum Gallum y luego de que todas las reproducciones de gallos fuesen adjudicadas a los artistas, este colectivo presentó una propuesta para la campaña de expectativa previa al día "G", cuando Gallum invadiría El Prat. (7 diciembre 2009).

El montaje de nidos y huevos

Dani, Alex y Albert comenzaron entonces con un proceso paralelo de creación de plantillas de patas, por un lado, y de construcción de los huevos y nidos, por otro. Dos acciones que serían claves para generar la expectativa y el factor sorpresa de Gallum Gallum.

Hasta diez versiones de patas hizo el grupo antes de dar con la que transmitía más dinamismo y se ajustaba mejor al efecto que querían crear. Tomaron como modelo patas de pollo del mercado, y estudiaron la forma de caminar de los gallos reales. Modificaron proporciones y aspecto: Las huellas más grandes destacaban mejor en el entorno urbano.

Las huellas inesperadas

La pata definitiva diseñada con dibujo vectorial (Illustrator y Freehand ) , al imprimirse se dividiría en dos plantillas: una con las uñas, la otra con el resto de la pata. Similar proceso siguieron para el diseño de la tira de huevos en eclosión que se pondría en los pasos de cebra.

En el exterior de la Estación Renfe del Prat

Mientras las plantillas tomaban la forma definitiva, la paja llenaba los rincones de la casa de Dani, donde se construían los nidos, y Alex se veía invadido de más y más huevos. Un trabajo que duró varios meses y que vio la luz la primera de las cinco noches en que con el carrito lleno de plantillas y sprays de pintura se lanzaron a dejar la huella Gallum por todo El Prat. Cuentan que sintieron una extraña y placentera sensación al poder plasmar su arte en la ciudad con libertad, con un permiso que les libraba de toda sospecha y multa...

"Anidando" en el Cine Capri

Luego vendría la plantada de los nidos en los lugares donde -días más tarde- se pondrían los gallos. Aquellos nidos que se colocaron en sitios altos, inaccesibles casi, tuvieron una vida más larga que los que quedaron a ras de suelo, pero de todos modos la intervención generó más expectativa entre los habitantes del Prat.

Haciendo la primera versión del gallo,
que luego sería descartada (Foto. G.G.)

Por si fuera poco el intenso trabajo que Street Art realizaba para la campaña previa, a tan sólo dos días de montar los gallos en la ciudad, Dani, Alex y Albert tuvieron un "regalo" inesperado. Una nueva oportunidad de mostrar su sello y creatividad.

"Street Chicken" de alto vuelo

De todos los pollos adjudicados, quedaba por pintar uno, el gallo publicitario que se pondría a la entrada del Prat. Por razones de tiempo, Splik no iba a poder pintarlo. Marta Ardiaca, directora del proyecto, aceptó feliz la propuesta del colectivo de pintarlo ellos.

En un intenso fin de semana, con madrugones, deliberaciones, borrados y cambios incluidos, "Street Chicken" vio la luz, o más bien, vio nacer la luz dentro de él. Iluminado por dentro, fue durante unos días una elegante veleta gigante marcando el punto de entrada y salida de la ciudad.

Hoy, a salvo de la intemperie en la expo de la T1, también saluda y despide a otros viajeros.

Durante la instalación de Gallum en
la T1 del Aeropuerto del Prat

Fotografías: Vamaca
Quinto

Share |